Llevaban tres horas pendientes del número cuatro de la Calle Azucena, en el Barrio del Real en Melilla, estaban a la espera de la señal para actuar.
-Déjame besarte, se acercan y nos pueden descubrir - Le dijo muy bajito el compañero.
Se acercó a él y poso sus labios en los suyos.
Después del beso, ella le dijo al oído:
- Si besas así de mentira, de verdad tiene que ser la ostia.
Que bueno Lola...jajaja,me tengo que reir,un aabarazo
ResponderEliminarUna pizca de sal, viene bien de vez en cuando. Tanta lógica ni tanto pensar que va a provocar que se me seque el cerebro jejejejejeje
ResponderEliminarEsto si que es actualizar, demonios. ¡Acabo de visitarte apenas nada! ¡Claro! ¡Tú persigues besos seguidos...!
ResponderEliminar¡Hale, pues, otro...!
Upsss, me has pillado jejejejeje. Otro para ti
ResponderEliminarHay besos que sugieren besos.
ResponderEliminarExcelente relato.
Vaya que si Pedro. Gracias
ResponderEliminarEn el cuartel teniente flomesta soñaba en 1.986 con algo así. Tengo que volver a tu ciudad.
ResponderEliminarBesos.
Un placer tenerte de vuelta Jesús. Besos
ResponderEliminarMuy bueno Lola!!! ajajaja de la ostia acá sería "inolvidable"!
ResponderEliminarBesosss
Hola Lola
ResponderEliminarVengo a saludarte y desearte una hermosa semana..
Cuando te duele mirar hacia atrás y te da miedo mirar adelante, mira hacia la izquierda o la derecha y allí estaré, a tu lado.
Acabo de publicar dos capítulos juntos de mi novela.
Según tus deseos te pego el link para que puedas leerlos con más comodidad..
http://creatividadyletras.blogspot.com/2010/09/regreso-casa-capitulos-vi-y-vii.html
Que la vida te sonría hoy y siempre..
Alexander♥
Genial el golpe final, lo del beso de verdad y de mentira, jajaja.
ResponderEliminarSaludos.
Esas secuencias tienen la virtud de desencadenar la risa, la relajación. A veces uno es capaz de decir lo que tal vez no fuera capaz de hacer. Todo tiene su valor y poder aportar ese punto de picante y de gracia merece la pena. Un beso
ResponderEliminarAlexander voy a verlo, me quedé con la curiosidad de saber como continuaba. Un saludo
ResponderEliminarEsos golpes son los que sacan esa sonrisa que a mi me gusta, esa que nos llena la cara. Un saludo rubo
Antonio asi es, ¿que más podemos pedir a la vida? momentos que superan el día a día y aportan ese punto de picante y gracia como bien dices. Un beso