Día del libro

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ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA. VERÁS EL RESULTADO...

ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA.                       VERÁS EL RESULTADO...

martes, 16 de junio de 2020

No...

Cuando la vida me falta,
mi sonrisa va de vuelta
y golpea sien en mitad de un desierto que parece no tener fin.

Es entonces,
cuando despierto en dicotomía nocturna,
apresurada por respirar,
queriéndome soltar de la atadura que me fija al mal sueño.
Quizá y solo quizá,
es el momento del  abrazo al cojín prestado
que duerme a mi lado
para seguir dando pasos sin mirar atrás..




Me defraudaste tantas veces
que la creencia en ti,
marchó hace tres episodios
por la boca del desagüe.

Ya nada me acerca a tus pasos,
estos quisieron marcar su propio destino
aun cuando el lugar a donde llegar
no sea uno que aparezca en el mapa de lo cierto.

Ya no me acuso de molestia ingrata.

Ya no aporreo mi sien entonando el “mea culpa”,
ni ante dios, ni ante ti.

Ya no esbozo el tan usado “lo siento”.

No, no hay más lamento aprendido
ante la inocencia de una vida de espanto y de miedo.


jueves, 4 de junio de 2020

TU CARA





Tu cara,
vacía de expresión
que haga sentir
el dolor de quienes marcharon sin decir adiós.

Sin cruz a cuestas que contemporicen nombres
de quienes cerraron ojos a la inmortalidad
escaseando calor humano
y llorando beso no dado.

Tu cara,
me guiña el insulto
y tu boca
vomita sin pudor a mis pies
palabras mal sonantes,
que duelen en propósito de enmienda.

Tu cara,
me zancadillea la esperanza
que acaba de nacer,
en la puerta que abre de nuevo
ajena al forastero que sigue deambulando por sus calles
entre sombras.

Y prende la luz cuando le apetece
para ahogar con sus propias manos
el aliento que cada mañana reservo legañas
en punto y seguido de esperanza.

Tu cara,
gesto ingrato
que no suaviza mueca
y destruye amigo que abraza
antes de la despedida.

Tu cara,
eterna arruga entre los ojos
que perturba ilusiones
de hipotética realidad
que nos empuja al abismo
de la parca que espera
sentada nuestra llegada.
No,
no soy un número,
me duele escucharlo
entre balances de cifras
que suben o bajan
al antojo de quien las escriba.

Pasa de largo cuando adviertas mis sueños.
No quiero ver más tu cara
ni en reflejo,
ni en mi espejo.

4 de junio de 2020
Lola Fontecha