Día del libro

Día del libro

ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA. VERÁS EL RESULTADO...

ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA.                       VERÁS EL RESULTADO...

martes, 18 de mayo de 2010

ESE MAL QUE ME HIZO PERDER UNA PARTE IMPORTANTE DE MI



Te eche de menos antes de conocerte, por no poder tenerte cerca. Todos los niños hablaban de sus abuelos, yo solo sabía de ti que vivías en el pueblo de mamá y que estabas solo porque la abuela se fue al cielo unos años antes. Después de una reunión de familia en la que todos hablaban de ti, pude escuchar tras la puerta que venias a vivir con nosotros. Llegaste a mí vida con seis años, por fin podría disfrutar de “mi abuelo”, estaba deseando que llegara el momento para ver tu cara, porque solo te había visto en las fotos que mamá guardaba en una caja. Tu sonrisa al verme provocó que mis ojos brillaran y corrí hacia ti para que me abrazaras.



Me gustaba llegar del colegio y pensar que estabas ahí, aunque mis amigos pedían que me quedara jugando, yo solo pensaba en volver a casa para estar contigo.



Mi nombre sonaba distinto cuando lo decías, siempre fui tu chiquitina, la más débil a la que tenías que cuidar porque los niños se burlaban de ella o porque se sentía triste por suspender matemáticas, por mucho que repasabas conmigo la tabla del nueve. Tu abrazo provocaba en mí que el desconsuelo desapareciera. Me contabas cuentos, tus cuentos, esos que inventabas y que siempre tenían un final feliz, para ver en mi carita esa sonrisa que tanto te gustaba.



Pasabas algunos meses fuera, en casa de las titas Rosa y Emilia; te echaba de menos durante ese tiempo. Pero siempre volvías y yo era la primera que estaba en la puerta para ayudarte a meter la maleta en tu habitación, que era la mía hasta que llegabas pero que yo me sentía feliz haciéndola tuya mientras estabas en casa. Me guiñabas el ojo y eso era una señal cómplice entre nosotros para irnos al parque, cogidos de la mano. Yo era la niña más feliz del mundo teniéndote cerca, iba con mi abuelo, palabra que me llenaba la boca.



Cuando te llevaron al hospital por la tos que te daba de vez en cuando, pensé que te perdía y ahora que esa tos ha desaparecido, te he perdido de verdad. Tu chiquitina se esfuerza por hacerte recordar y me encuentro tan mal de no poder hacerlo. Tu mente se ha vuelto gris, los colores han desaparecido, tus ojos no me miran, tu sonrisa ya no está y mi esfuerzo vano seguirá existiendo para intentar conseguir que vuelvas a provocar mi sonrisa, con esos cuentos que inventabas para mí, porque te necesito, necesito a mi abuelo y se ha marchado pero esta vez sin irse.

11 comentarios:

  1. Lola, quisiera decir tantas cosas al escrito que has puesto, pero tengo el corazón un poquitín encogido.
    Hay tantas crueldades en la vida con las personas mayores, con ellos, con nuestros abuelos, aquellos que son y serán todo en nuestra vida.

    La vida no es justa al arrebartarles toda su existencia, sus recuerdos, sus vivencias por una mala enfermedad.
    Creo que escribí algo en mi blog sobre ellos.
    Solo recuerdo una entrada, una crueldad muy hacia ellos al orden del día.
    http://nina-esenciafemenina.blogspot.com/2010/02/con-la-vara-que-midas-seras-medido.html

    Besos para ti, y para él, en esa cara de bondad que transmite.

    ResponderEliminar
  2. Nina he leido la entrada a la que haces referencia, triste realidad pero cierta, los mayores estorban y no nos damos cuenta de lo que hicieron por nosotros (salvese quien pueda)

    Gracias Randle, como bien sabes pongo el corazón al escribir.

    Un besito a los dos

    ResponderEliminar
  3. Entrañables momentos Lola, los seres queridos dejan una huella profunda en nuestro cuerpo, que nos hace recordarlos a cada momento,en algunos especialmente,mas,
    "cuando los necesitamos"
    besos de quien no se olvida de ti

    ResponderEliminar
  4. Yo tampoco tuve la suerte de tener abuelos...

    ResponderEliminar
  5. Lola, hoy no he estado en todo el día, y pensé que al volver encontaría algo tuyo.
    ¿Dónde andas?Besos.

    ResponderEliminar
  6. Hola Lola. Me siento reflejado en tu hermosa historia de amor hacia tu abuelo, lo tuviste mucho tiempo contigo, y te pudiste despedir, aunque fuese para ir al Hospital, a mi me parecio algo pareceido, pero no pude despedirme de él, pues cuando murió estaba en Madrid, y hasta pasados unos días no se atrevieron a decirmelo mis padre, creo que fue el día más difícil y duro que he pasado, aunque lo llevo en mi corazón junto con mis otros tres abuelos, pero éste -Luis-, era grande para mi y se que donde está cuida de mi y de toda mi gente.
    Un abrazo.
    Miguel-Angel.

    ResponderEliminar
  7. Siempre existe alguien en nuestras vidas que se hace imprescindible, aún cuando se van. Un abrazo Miguel Angel

    ResponderEliminar
  8. Siempre existe alguien en nuestras vidas, que se hace imprescindible, aún cuando se va.

    ResponderEliminar
  9. me has tocado la fibra con este post... y eso que hoy estoy francamente sensible...

    yo no conoci a mi abuelo paterno...
    el maerno vivio con nosotros desde siempre...
    era un miembro mas de mi familia.....
    asi hasta su muerte...
    tuve la suerte de cuidarlo y atenderlo hasta el ultimo dia.....
    si...fue una suerte...

    un abrazo.....me ha hecho feliz encontrar una blogguer de jaen....como yo....
    :-)

    ResponderEliminar
  10. Hay Dios Mío, permiteme enjuagarme la cara, me has hecho llorar como Magdalena, tu amor hacia el es enorme y algún día lo verás de nueva cuenta, para quienes somos creyentes, así será.

    ResponderEliminar