DIARIO QUIJOTESCO

Mi personalidad Quijotesca va en aumento con el devenir diario. Me enfrento de forma  habitual con situaciones sacadas de contexto, que no tienen sentido para mi, cuando ahondo en personalidades que me rodean.

Cada vez más claro, me veo montada en rocinante y aún sin Sancho ni rucio a mi lado, noto el desvarío de la gente cada vez más próximo. Siento los brazos de los molinos de viento cada vez más cerca de mí, como gigantes que me quieren atrapar y mi espada no me sirve de defensa. Les noto acercarse, me zarandean y me tiran al suelo dejándome maltrecha y herida.

Los fantasmas me rondan cada noche al acostarme, intentando restar descanso a mi debilitado cuerpo tras vivir en mis carnes batallas enloquecidas, que trastocan la poca cordura que me queda.  Pero se disuelven al meterse en la sabana que los rodea.

Solo me consuela mi amada dulcinea del toboso, esa que siempre me custodia, siempre la encuentro en mi camino cuando más tortuoso se me antoja, para darme la mano y curar mis heridas. Así consigo seguir adelante en mis batallas diarias; Ella es la única capaz de hacer que mi fuerza y ahínco se renueven para poder así conseguir mis metas.

Mi diario Quijotesco empieza aquí, seguirá en próximas entregas.