Día del libro

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ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA. VERÁS EL RESULTADO...

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miércoles, 17 de marzo de 2010

¿SIGUES ADELANTE O DECIDES OTRO CAMINO?


¿Cómo de en serio deberías tomarte un posible problema? Lo suficientemente en serio como para asegurarte de hacer todo lo que sea necesario. No tan en serio como para que te cause dolor. Lo que importa no es lo grande - o lo pequeña - que sea la empresa en la que nos estamos embarcando. Es lo sensible que seas tú. Pues siempre que te sientas capaz de manejar las consecuencias de tu implicación en una situación en particular, está bien que te pongas al día con ella. Sin embargo, si está empezando a erosionar tu paz mental, ha llegado el momento de parar.
La vida es muy complicada cuando hay que tomar más decisiones.

Hoy en día nuestro mundo está lleno de opciones. En todo momento tenemos que decidir permanentemente entre muchas posibilidades distintas. Decisiones importantes o pequeñas decisiones triviales. Cada día tomamos cientos de decisiones.

Si tenemos poco espíritu, vivir en la actualidad puede crearnos problemas de estrés.

Continuamente nos enfrentamos a decisiones que tenemos que tomar, una detrás de la otra. Si somos dudosos en la sociedad actual nos dejaremos llevar por las corrientes o por las reglas marcadas de quien está más cerca de nosotros. Y eso nos llevará a cualquier sitio menos al sitio deseado.

La consecuencia de la indecisión, crea que se tomen las decisiones apresuradamente, sin tener toda la información necesaria. No razonamos, nos limitamos a quitarnos el problema de encima rápidamente. Convirtiéndonos así en personas imprudentes y atolondradas.

En otras ocasiones retrasamos las decisiones, produciendo con esto una acumulación de posibilidades con lo que nunca llegamos a tomarla.

Otras veces recogemos información y averiguamos (churretear como diría yo) hasta las últimas consecuencias cada posibilidad, impidiéndonos tomar una decisión. Porque nos dejamos llevar de una posibilidad a otra, ampliando continuamente éstas. Comparando cada conclusión con la anterior, haciéndonos que nunca lleguemos a solucionar nada.

También se opta podemos dejar que las decisiones las tomen otros. Buscando parejas que las tomen, jefes autoritarios que imponen sus decisiones, amigos que deciden a dónde ir de vacaciones.

Hay muchas personas que esperan que las cosas se decidan por azar o que sean las circunstancias las que resuelvan los problemas de forma mágica.

Pero lo sabio es distinguir entre decisiones y resultados. Las decisiones son el final de un proceso, mientras que el resultado es la consecuencia de una decisión.

Está la posibilidad de tomar una buena decisión y, sin embargo, conseguir un mal resultado. Y al revés, tomar una mala decisión y conseguir un resultado aceptable. Y esto es así porque hay muchos factores que no dependen de uno mismo. Por ello, hay que tomar decisiones sobre cosas que dependen de nosotros, de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo.

¿Que estas tienen un riesgo? pues sí.

¿Qué podemos equivocarnos? también.

Pero ¿no es más cierto que siempre podemos rectificar? ¿Qué podemos volver hacia atrás y tomar un nuevo camino?

Ante todo con esta entrada, me gustaría decir que bajo mi punto de vista, tomar decisiones es asumir las consecuencias y que si nos quedamos parados para verlas venir, no nos va a llevar más que a sentirnos mal con nosotros mismos.

4 comentarios:

  1. Todo es así, está muy bien y es muy bonito, no lo has podido expresar mejor, pero imagínate cuando muchas cosas depende de la decisión de un tercero y además que titubee.

    Saludos.

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  2. Me encanta encontrarte. Un beso Jesús

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  3. En realidad quería decir que esas cosas que las decide un tercero "te afecan a ti", por si no se me había entendido.

    Y sí, aquí estoy cada día, aunque sea en silencio cuando no tenga nada que decir.

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  4. Libertad es poder elegir.

    Lo que no tiene nada que ver con acertar.

    Pero prefiero que mis aciertos u errores surjan de mis decisiones y no de las de otros.

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