El principio activo del cansancio, radica en tener la mente cargada de incoherencias y el pelo enmarañado con la desidia de sinrazones que buscan eliminar las ganas de volar.
No me duelen las piernas, lo hacen las palabras
que me agrietan la garganta al haberme tapado la boca tus indignas
pretensiones.
Me sobran las fuerzas, pero me faltan las ganas, con la prisa de un reloj que se queda en el cajón, mis neuronas se desgastan buscando la lógica en tus pasos y se abrazan inoportunas al calor del rechazo dándose de bruces con tu ignominia.
Ya no levantaré más mis manos en señal de vencimiento, ya no será la genuflexión quien me acompañe entre bambalinas de un mal sueño, ya mis lágrimas se gastaron al ser derramadas en el pozo de la incomprensión.
No,
no daré mi brazo a torcer de nuevo, hoy mis ganas le han ganado la partida al
olvido ignominioso, hoy las razones nos piensan los pasos acometidos en el
camino del paseo matutino.
Bonito y sentido.
ResponderEliminarGracias, querido amigo.
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