Para Brujas que marchamos, la incertidumbre de qué íbamos a encontrar nos tenía nervios@s. Los canales bajo los puentes nos hacían ver, la razón para llamar a esa zona de Europa la “Venecia del Norte”.
Quiero destacar, aun cuando lo que vimos fue algo muy
especial, que en nuestro paseo tuvimos la suerte de encontrarnos con el puente
del amor, tras las fotos oportunas nos fijamos que junto a él había una casita
preciosa que nos llamaba a entrar por su belleza. Un estilo medieval se dejaba
ver en sus paredes y la sorpresa al entrar fue inmensa. Allí dentro estaba
David de Graef, pintor con un estilo
exquisito a la hora de pintar el lienzo que nació en Flandes y tiene ubicada su
casa y estudio en ese lugar.
Le saludamos en castellano y sorprendentemente nos respondió en nuestra lengua materna, con un tono muy agradable. Nos explicó como
trabaja y como vive, y nos permitió disfrutar sin problemas de su creación en
directo. Con su arte, tan distinta y a la vez tan especial, nos hizo ver
aquello que no somos capaces de aceptar en el ser humano a través de sus
dibujos.
Nos habría encantado traernos ese cuadro que hizo sobre la marcha mientras estábamos observándole, pero nos conformamos comprando el libro "NUIT BLANCHE", con un gran número de sus obras para poder disfrutarlas. Así como nos hizo un dibujo/dedicatoria en el mismo personalizada.
Una vez más digo aquello de “Gracias a la vida, que me ha
dado tanto”.
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