Para Ainhoa
16 de noviembre 2016
Al nacer
grité a los
dioses de la vida
por tu llanto.
Hoy, me
argumento en sin sentidos,
volatilizo los
problemas en quimeras compartidas
y no quiero
escucharlo.
Te miro
y cuando lo hago,
me veo en ti.
Si mi boca
esboza un “te quiero”,
propicia
maremoto de los sentidos reunidos enunciando mi nombre.
Que tus abrazos
me fundan en el amor de la esperanza.
Tu beso, me
propicie la caricia necesaria
y tus grandes
ojos me abran
la puerta del
vergel bañado en mariposas de colores.
Que tus sueños
sean realidad,
mezclados con princesas
aladas
vestidas de
nubes en el cielo de tu inocencia de niña.
Tu voz,
es para mis
oídos,
puesta de sol en
playa de poema quedo.
Hoy el cristal
de bohemia
se apodera de mi
alma,
para quebrarse
en mil pedazos
cuando escucho
tu llanto.
Y bebo de tus
lágrimas,
me adueño de tu
pena
ahogando en mar
salado la razón de tu tristeza…
La encadeno,
la meto en la
trituradora del cajón arrinconado
y tiro la llave en
el agujero negro del olvido.
Me cubro con tu
llanto
y me cambio por
ti,
reponiendo en el
camino
mil flores para
ser recogidas con tus manos
y en cada una de
ellas prenderé
una sonrisa para
devolver a tus pasos
las ganas de reír.
Qué hermoso.
ResponderEliminarGracias Pedro, el dolor por su llanto hizo el milagro.
EliminarQué suerte tenéis las dos de quereros tanto.
ResponderEliminarBesos Lola.
Es una suerte sí. Gracias Mamen
EliminarPoema llenito de amor.
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