Reconozco que he pecado,
al esconderte en cajón olvidado y a hurtadillas recordarte.
He pecado,
ya que en vez de seguir camino,
he vivido esperanzada en
retomarte.
Consintiendo brillar a
mis ojos, cuando tu piel tomaba forma en mente.
Comiendo en justo momento que el apetito demandaba,
la sed suplicaba y la avidez te vislumbraba…
y el carmín de mis labios te besaba.
He pecado, sí,
desde el sueño que alborota deseo incontrolado
a partir del punto y coma que marcó en mis curvas punto y
seguido.
Sí, he pecado.
En distancia bridada de mañana que espanta.
En virtualidad del sueño que palpa a ciegas realidad
cambiante.
Allá donde el infinito toma forma y desaparece tras luna
llena
puesta de largo en amor idealizado.
En palabras sordas, pretérito perfecto simple inacabado, sin
verbo conjugable.
Sí, he pecado,
y volveré a hacerlo porque el tiempo está de mi lado.
Lola Fontecha
Diciembre 2015
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