Hay momentos en la vida que nos
paramos a pensar porque cómo y cuando empezamos a soportar una situación que
sabemos no es la más adecuada.
Estamos indignados con el trabajo
que tenemos que realizar aunque nos paguen cuatro duros, porque tenemos
hipotecada nuestra vida con las deudas.
Soportamos al amor que pensamos “de
nuestra vida” porque esperamos que todo cambie y empiece a respetarnos
algún día.
Dejamos pasar el egoísmo de un amigo
que solo mira para su ombligo porque creemos en la amistad y seguimos soportándole
día tras día el “yo, mi, me, conmigo.
En caliente todo pasa por un basta
ya, pero luego buscamos una razón para ese trato y se convierte en cíclico,
porque día a día pasa a ser peor.
Hasta que un día nos preguntamos:
¿Hasta dónde tengo que aguantar para
decir basta?
¿Cuál será la hostia física o
simbólica definitiva que me ayude a reaccionar?
¿Qué determinará el momento justo de
empezar a cambiar el rumbo de mi vida?
¿Cuándo veré la luz en lugar de la
oscuridad en el más absoluto de los silencios?
¿Hasta dónde los caminos enrevesados
sin ser capaz de actuar y hacer valer mi vida como merezco?
Y entonces empezamos a dar pasos adelante....
Es justo cuando nos hemos puesto los primeros en nuestra lista sin que eso signifique egoísmo.
ResponderEliminarBesos.
Y que piensen lo que les parezca... Un beso Pedro
EliminarEsa pregunta me la suelo hacer de vez en cuando, es muy usual.Besos mil Lola, y buen día.
ResponderEliminarBonita no he podido hacer nada con el blog, nació por fin la pequeña Sheila y he tenido una vida entre mis manos recién estrenada...... Un besazo guapa
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