A veces la vida va y te hace cosquillas en el alma para
moverte las emociones que se hacen cómplices en un camino por recorrer.
A veces por gentileza del destino, los versos marcan belleza
en rostro inanimado y le llena los ojos de una luz por la que seguir tomando
prestadas las estrellas para jugar con ellas.
A veces la sensación de libertad te hace volar muy alto en un
camino que no entiende de barcos y te convierte en musa que inspira y entonces
el respeto se hace presente al sentirte abrazada por la vida que pone piedras a
la vereda.
Hoy son sus estrofas las que llegan desde Cádiz con la
sutileza de un beso dado, hoy mejor sonreír a la causalidad que unió las piezas
de un puzle que muestra un bello paisaje por andar ya que la pausa pronto
acabará.