Profundicé en apremio
y trague pena en copa amarga.
Vendiendo destino a cambio de treinta míseras monedas
acomodé mis oídos a tambor sonoro
y las trompetas quisieron ser testigos mudos del hechizo.
Todo ocurrió en noche cerrada,
la luna distraída, desorientada,
se olvidó de salir para mí.
Aun esa madrugada,
el clavel de tu boca mantenía abiertos mis ojos.
La saeta tomaba forma en balcón cerrado,
descomponiendo ecuánime el disfraz en paso lento sobrevenido
y se hizo verbo cuando te vio aparecer.
la luna distraída, desorientada,
se olvidó de salir para mí.
Aun esa madrugada,
el clavel de tu boca mantenía abiertos mis ojos.
La saeta tomaba forma en balcón cerrado,
descomponiendo ecuánime el disfraz en paso lento sobrevenido
y se hizo verbo cuando te vio aparecer.
No me sigas,
ya me pierdo en el camino de tus mensajes.
No me hables,
el silencio borró tu nombre
y se hizo acopio de mi sed.
ya me pierdo en el camino de tus mensajes.
No me hables,
el silencio borró tu nombre
y se hizo acopio de mi sed.
He perdido el tren de nuevo,
y la amnesia no me deja volver…
y la amnesia no me deja volver…