Procuremos invertir tiempo en acabar
con el desaliento, en dar color a los grises atascados en las pestañas y a dar
vida al silencio de las palabras. Nada debe hacernos perder la esperanza, todo
pasa por un motivo y acaba en el momento preciso. Seguir estimulándonos
acompaña este paseo que es la existencia y si no encontramos motivo.. miramos
de frente a la vida y le echamos un pulso a ver quién gana en la partida de la
autoestima.
Es muy fácil arrinconarnos cuando el
miedo a perder nos acecha, pero ello solo va a ocuparnos tiempo, un tiempo
precioso que podríamos dedicar en admirar aquello que tenemos delante. ¿para qué
llorar cuando es tan fácil y reconfortante reír? ¿Por qué permitir que las
arrugas nos recubran los ojos, cuando podemos dejarles brillar a sus anchas?
Los días pasan y nunca en balde, las
prisas por tener aquello que anhelamos son motivo para que la desazón se agarre
fuerte a las ganas de seguir dando pasos hacia delante y el mayor obstáculo
para que podamos disfrutar de cada minuto de nuestras vidas.
Que una historia se termina, que los
planes no salen, que el trabajo acaba o no estamos cómodos con él, que los
amigos marchan a otros lugares, que el dinero no nos llega, que hice la
declaración de hacienda y salió positiva……. Tantas y tantas razones que nos
hacen sentir mal, un saco podría enumerar, pero he llegado a la conclusión que
sonreír y pensar ¡¡¡acabará en algún momento!!! aun no siendo fácil, si que nos
permitirá pasar por esta vida con un poco más de tranquilidad.
Los problemas están ahí y hay que
abordarlos, pero eso sí, que no nos aborden ellos a nosotros porque de esa
forma, al igual vivimos más, pero nos vamos a convertir en personas tristes e insensibles
y todo va a ser muy aburrido…
Yo por mi parte digo:
ME GUSTA VIVIR
LO QUE SIENTO Y ME GUSTA SENTIR LO QUE VIVO.