Los años pasan y el gris pasa a ser acompañante en almohada. La tristeza ahoga sentimiento y nuestro nombre queda impreso en la ropa anochecida que nos acompaña. No hay sonrisa, no hay despedida. La mirada perdida y la promesa ausente, rompen el alma en invierno que no cesa.
Día del libro
ESCRIBE CON EL CORAZÓN, REPASALO DESPUÉS CON LA CABEZA. VERÁS EL RESULTADO...
lunes, 18 de febrero de 2019
domingo, 17 de febrero de 2019
Te diré adiós
Ahora no sé que más
decir, la vida se ha ocupado en mantenerme a distancia. Claro tengo que me
engañas agarrándote a tabla ajena, pero no me importa cuando me ofertas ilusión
apasionada.
Anochece y las estrellas
se mantienen apagadas, no requiero su luz y sin embargo mis ojos se pierden
entre precisas miradas que me acusan de no estar viva. ¿Por qué adoleces del
sentido que la verdad amortiza? ¿Por qué no confías en el espejo, cuando te
muestra la realidad que demandas?
Ya no puedo hacer más,
todo lo intenté para hacerte sentir seguro en mi puerto, pero sigues al otro
lado con el ancla echada por si acaso no recibes la señal clara, del faro que
te guíe hasta la seguridad que necesitas.
Es inútil seguir
adelante, ya las fuerzas me faltan, te construí mil castillos en la playa del
deseo, pero no conceptuabas lo que estabas viendo y continuabas empeñado en no
creer en este sueño. Aplastaste una y otra vez, torres y almenas con tus dudas,
pisaste cada uno de los personajes que para ti representaba y destruiste con tu
inseguridad, la realidad latente que para nuestro amor creaba.
Verás, no pretendo ser
si no quieres existir en mí y te dejo partir, para que seas en ti mismo, en
algún lugar, en algún momento, con alguien que te aporte seguridad y haga volar
por los aires, esa maldita incertidumbre que ronda tu lucidez y te mantiene tan
a distancia de lo que la vida te ofrece.
No quiero obligarte a
sentir si no sientes, no quiero tener frío cuando a mi lado estés, no quiero
seguir camino si de mi mano no deseas cogerte.
Te diré adiós, con el
corazón roto en mil pedazos, por no haber sido capaz de dar sentido a la locura
que mereces. Te diré adiós, sí, porque la impotencia me lleva a la deriva,
haciéndome sentir incapaz de argumentar más. Las palabras se secaron en mi
garganta de tanto pretender que creyeras en mí y ahora cambio de rumbo, sin
destino alguno, rompo cartas de navegación y el timón que nos mantenía unidos. Borro
sonrisa del rostro, porque mi barco de nuevo quedó encallado…, hundido.
martes, 5 de febrero de 2019
Seguimos camino
Si el verso dispone, nosotros hacemos el poema. Si llueve, sacamos el paraguas o nos dejamos mojar de vida. Si hay distancia, manejamos los tiempos como si hoy fuera el último día. El camino de mar mar, nos hace mas fuertes si cabe y el tiempo en la vereda fortalece las paredes inexistentes a nuestros pasos. La libertad, fue el truco trato que nos dio la mano y el respeto es aderezo en la ensalada que preparamos cada mañana para seguir adelante.
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