Cuando un susurro muestra la zancadilla dispuesta, dan ganas de mirar para otro lado y continuar el camino elegido en pasos marcados sobre la arena.
Pero me revelo y rebelo la coincidencia en palabras dispuestas, saco imagen oportuna y sacudo la negatividad donde la sonrisa amable le guiñaba un ojo a los papeles firmados.
Coloco por pensamientos creados el azar del infortunio y me limpio la huella de tus zapatos para no dejarme pisar por la ignorancia de quien no sabe ver mas allá de la pelusa de su ombligo.
Y sigo viendo paisaje, donde los problemas crecen como setas en otoño...
Buen día, mundo, hoy mira a sus ojos antes de confiar tus sueños en maleta vacía de corazón, no te vayan a perder los proyectos en el cajón del olvido.