Amarga la verdad, cuando sale de mi boca,
¡quién soy yo, si no simple mortal!
Ni cargo ostento,
ni papeles que protagonizar.
¿Quién osa mostrar desdén a la soberana de la razón?
pretendiendo ser flor,
cuando simplemente le facilitó el título de jarrón.
¡Ay de aquel que pretenda alzar la voz y decir lo que piensa!
Corre el peligro de ser tapada su boca
y metida su inspiración en un triste cajón.
Y sin instancia, ni verso prestado,
solamente digo…,
que va a ser que no.