Si nos esforzamos por tener un poco más de confianza en nosotros mismos, será de mucha ayuda a la hora de cambiar las cosas que no nos gustan y siguen sucediéndonos.
Bien sabemos lo que nos entusiasma y hace sentir mejor, seguros y a gusto con la vida que nos ha tocado vivir. ¿Por qué no hacerlo? ¿Es malo? ¿Es vergonzoso? ¿Es ilegal, es prohibitivamente caro o es antisocial? Pues va a ser que no.
Ya podríamos darnos permiso para hacer lo que nos levanta el ánimo y conmueve el corazón. En base a ello podemos poner manos a la obra y realizar algunos cambios ciertamente amplios y demostrativos. Estos podrían proporcionarnos un resultado duradero y satisfactorio, a la larga.