Inmediatamente en los ojos de los dos brilló una chispa de reconocimiento. Parecía que se conocían de toda la vida y sin embargo acababan de encontrarse físicamente. Ya lo hicieron escuchando su voz por teléfono, mirando sus caras en la pantalla del ordenador.

Aún sin saber cuánto tenía de verdad todo lo que el uno decía del otro, se arriesgaron a encontrarse en un lugar adecuado y en un momento oportuno, indicado solo por ellos dos.

Todo superó cualquier expectativa y no pudieron más que abrazarse y unir sus bocas en un profundo beso que les hizo sentir el sabor más dulce jamás imaginado.

Conversaciones interminables, Emails llenos de amor, de deseo, de pasión. Se necesitaban, se habían encontrado en un momento que el uno significó para el otro, aquello que habían estado esperando encontrar en otra persona.

Sus vidas han estado entrelazadas desde aquel día, ahora se acerca el año. Han pasado duras pruebas de una u otra forma, pero siguen en el empeño de estar juntos, saltando esa valla que les separa cada vez que le pueden arrancar a la vida lo que ella les ha quitado. Se necesitan, se desean.

Encuentros inesperados, oportunos y adecuados.

Cada vez que pueden delinquen, bueno no hacen ningún delito, solo toman lo que les pertenece y siguen después sus vidas. Esas vidas que les separa, mientras dentro de ellos sienten que se quieren y necesitan estar juntos; pero las circunstancias que les rodean dicen que no y mil veces que no.

Acercamiento total, alejamiento seguro.

¿Por qué la vida pone delante de nosotros el amor, la seguridad, el respeto, la pasión, el placer, la ilusión, el sueño? Para decirnos después que no nos pertenece, que está ahi pero no se toca…

¿Porque no nos deja sin saber que hay más? Dicen que el desconocimiento hace tonto al sabio o ¿me lo acabo de inventar?