Imaginando que puedes estar haciendo ahora, haciendo guiños a la ocasión planteada, ilusionando mi interior con tu olor y diagnosticando la fuerza sobrenatural que me lleva a ti.

Pasan los días y me refugio en los sueños; siento el tic tac del reloj marcado en mis adentros, anhelo tus manos que despiertan mi cuerpo inerte, me estremezco al pensar en volver a sentir.

Anochece y duele no tenerte; te sueño, te vivo, te huelo, te concibo. Es necesidad lo que mis entrañas profesan, moriré de inanición si no te tengo cerca.

Vuelve un nuevo día y el mundo no para; porque no me pertenece. Sigue dando vueltas alrededor de sí mismo, alrededor del sol que es su principio y yo… sigo esperando y me mantengo a la expectativa; dejando que el rio me lleve a donde crea en ese momento que es mi sitio, porque siento que mi sitio se desvanece y no deja señales para que pueda alcanzarlo.

Buscando oportunidades para sonreír, manteniendo la ilusión, no dejando pasar la ocasión que me impulse a seguir con energía, aunque a veces pesa. Pesa la ausencia, pesa la distancia, pesa la incertidumbre, pesa la tristeza.

Necesidad de perderme en mi refugio, acompañada de mi soledad requerida, cerrar mis ojos y llenarme de él para continuar a trompicones con mi vida.